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Mi nombre es Poliana Quintão, tengo 44 años y amo a Jesús!
Me casé en 2000 con mi gran amor, Leo, y tenemos tres hijos maravillosos: Ana Vitória, que se casó en 2021 con Caio (tuve otro hijo), João Vitor y Ana Clara.
Cuando era niña, soñaba con mi boda y recogía monedas para comprar mi vestido de novia.
Todavía adolescente, me gustaba reunir a mis amigas y enseñarles a las niñas más jóvenes cómo debía comportarse una mujer de Dios, aunque no tuviera novio. LOL
Cuando crecí, estudié Farmacia Bioquímica, según el consejo de mi padre, para hacerme cargo del laboratorio de análisis clínicos que poseía. Sin embargo, cuando obtuve mi diploma, ya estaba casada y no regresé a Governador Valadares/Minas Gerais, donde nací.
Ser esposa, madre, participar en el ministerio con niños, grupos de oración y trabajar con mujeres ha sido la gran dedicación de mi vida.
En el grupo de estudio bíblico que organizo en mi casa, muchos niños han participado en estos 14 años.
Pude caminar con varias mujeres y aprender juntas a entregarnos a los pies del Señor Jesús para que nuestros hijos y esposos puedan permanecer de pie.
Mi corazón ardía al enseñar y discipular a los padres e hijos que estaban con nosotros en el grupo de estudio bíblico, y así, en el garaje de mi casa, nació la Octava Iglesia Presbiteriana en Nova Lima.
En ese momento, en 2016, ya había conocido a Devi y la recibí en mi casa para una reunión con mujeres de gran influencia en Brasil. Fue muy especial tenerla en mi casa y haber sido entrenada por ella.
En 2017, participé en el intensivo de Experiencia del Hogar en su casa en Dallas, y mi corazón se llenó con las enseñanzas proporcionadas. Pude aprender de ella y de su hija, Trina Lozano. Fue un programa intensivo muy especial e hicimos hermosas conexiones que continúan hasta el día de hoy para el avance del Reino.
Nuestras familias se hicieron amigas y tuve el placer de tener a mi hija Ana Vitória viviendo durante más de un año en la casa de Trina, con quien aprendió valores eternos y se forjó en su carácter. Trina fue usada con gran poder por el Espíritu Santo de Dios para preparar a Ana Vitória.
Actualmente, me dedico a llevar el legado de las preciosas enseñanzas de Devi sobre la "Experiencia del hogar" a las mujeres que necesitan comprender su papel en sus hogares.
Desde 2020, hemos tenido 10 clases y muchas familias han sido restauradas.
¡El comienzo de este ministerio como mentora de Experiencia de Hogar tuvo lugar exactamente en septiembre de 2020, el año de la pandemia!
Hice un evento en vivo en julio, por invitación de mi pastor Jeremías Pereira, donde me preguntó sobre Devi. Le conté un poco sobre la gran influencia que tuvo en mi vida y cómo la mentoría había traído revelación a tantos principios bíblicos que no había practicado intencionalmente antes.
Una mujer, que observaba el en vivo y asistía a nuestra iglesia, se me acercó al final y me preguntó si podía reunirse conmigo.
La conocía superficialmente y organizamos una reunión.
En esa reunión, me dijo que estaba asistiendo a clases en línea de Experiencia del Hogar me preguntó por qué aún no había comenzado una clase en mi casa si yo había estado con Devi en su casa.
De hecho, estaba tan involucrada en el ministerio de niños que no podía encontrar tiempo para dedicarme a las mujeres.
Poco después, también alentado por mi otro pastor, invité a algunos amigas muy queridos que se unieron a mí en este desafío, y con mucho aliento de esta mujer que me hizo esta pregunta, comencé mi primera clase con 50 mujeres.
La primera clase, la realicé en el formato extenso, como Devi y Trina sugirieron en el libro.
¡Fue una bendición!
En 2021, decidimos hacerlo en el formato intensivo, como lo había hecho en el Titus Home.
Ahora, en 2023, después de la décima clase, estoy avanzando con Trina en este proyecto, ¡lleno de expectativas de experimentar lo que Dios tiene para nosotros!
Trina es espectacular y ha sido preparada y entrenada por Devi. ¡Trina lleva un legado y nos ha inspirado a bendecir a las mujeres y restaurar familias!
No puedo dejar de mencionar mi gran alegría de tener a mi madre, Carmen, mi hija, Ana Vitória, y un grupo especial de mentores que me ayudan a continuar en este llamado.
Por Poliana Quintão
Belo Horizonte/Brasil
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